Escrito por Zamouel Zá Hawkings para Revista Gente Con Clase
Conversando con mi reducida
lista de amistades y viendo la necesidad de positivismo en nuestra bella
Nicaragua he decidido escribir una vez a la semana o tal vez dos #TodoEnPositivo y no es que sea amigo
de #BertayXiomara
a quienes admiro y respeto, pero es que en verdad, veo a mi alrededor y todos y
todas #DESTACAN lo #Negativo de sus vidas, de sus hijos,
de sus familiares, de sus trabajos y hasta de ellos y ellas mismas.
Así que hoy crearemos el CLUB DE LOS OPTIMISTAS charlando sobre
las emociones positivas y aquí les dejo el primer post.
Las emociones positivas se
sienten y funcionan de manera distinta al resto de las emociones, ya que nos
hacen sentir seguros y expanden nuestras opciones, ideas y nuestra manera de
reaccionar. Nos brindan el beneficio de disfrutarlas en el ahora más el disfrutar
de sus consecuencias a futuro. Aumentan nuestro repertorio cognitivo y manera de comportamiento.
Entre los cambios a nivel cognitivo podemos considerar que aumentan
nuestra atención, mejoran nuestra memoria, nuestra fluidez verbal y nuestra
apertura mental hacia nueva información.
Las emociones positivas
tienen el poder de deshacer los efectos fisiológicos de las emociones negativas, por ejemplo
disminuyen la ansiedad. Son creadoras de recursos personales y sociales,
destacan aquellas cosas que están funcionando en nuestra vida y son congruentes
con nuestros diversos objetivos.
En mi investigación,
navegando por internet, resulta que me encontré con una “tendencia” de la ya
fascinante Psicología: La PsicologíaPositiva destaca las siguientes emociones positivas:
Se despierta ante aquellas
personas que poseen una capacidad y un talento que nos puede servir de
inspiración, de modelo a seguir.
Intentemos aprender de esa persona y no pensemos por qué él o ella
tienen esa capacidad que yo no, todos podemos desarrollar lo que necesitamos
para llegar a lo que queremos.
Si sentimos alegría es
porque logramos lo que queríamos, es sinónimo de satisfacción personal. En los
momentos de alegría es cuando nos sentimos más seguros y abiertos a nuevas experiencias
y oportunidades. Situaciones para estar alegres pueden ser muchas, como el
compartir una cena con amigos, enterarse de una buena noticia, que reconozcan
nuestra labor.
A diferencia de la creencia
popular (y es que hace muy poco me llamaron
orgulloso) el orgullo no es algo malo, no lo confundamos con la soberbia.
Los logros implican
sacrificio de nuestra parte, como por ejemplo sacrificio de tiempo, inversión
de paciencia, superar obstáculos diversos.
Entonces, si nos esforzamos
por llegar a algo o hemos tenido la suerte de que algo se diera como
esperábamos, ¿es en realidad algo tan malo que queramos compartir eso con el
resto del mundo?
Si pensamos que tenemos que
esconder nuestros logros como si fueran algo malo, nos estamos privando de la
hermosa experiencia de sentirnos satisfechos y de reconocer todo lo que hemos
hecho gracias a nuestras propias manos, es quitarnos valor ante nuestros
propios ojos, es atentar despiadadamente
contra nuestra propia estima.
Además, cuando sabemos que somos capaces de lograr cosas, vamos a incrementar
nuestra confianza para futuras aventuras y desafíos.
Creo que ya está bien, por
el día de hoy, de a poquito aprendemos más, el otro miércoles que ya será
noviembre, seguiremos hablando de las emociones positivas que tanto nos hacen
falta a los y las nicaragüenses.
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